Si la crisis le ha pegado, y fuerte, a la economía familiar, tanto que has tenido que cambiar a tus hijos del colegio privado en donde estudiaban a uno más económico o a una escuela pública no te preocupes.
No es el fin del mundo y tus hijos no batallarán para adaptarse...
Claro, si tú como papá manejas de forma correcta la situación y, sobre todo, les hablas con la verdad.
Expertos coinciden en que la clave para que el cambio de escuela sea un éxito es que los padres hablen abiertamente con sus hijos de lo que pasa y les señalen el lado positivo que puede ofrecer un cambio de escuela.
Las cosas claras
Los niños son adaptables y perceptivos, por eso es importante, que dependiendo de su edad, los papás manejen la razón del cambio con completa veracidad.
Aurora Licona, pedagoga con maestría en Educación, señala que el primer paso es que ambos padres platiquen con sus hijos y les expliquen bien el porqué del cambio.
"Los padres deben ser realistas, no ocultar realidades. A veces en situaciones difíciles damos el mal ejemplo de mentirles a nuestros hijos. Hay que afrontarlos, de acuerdo a su edad, con la realidad.
"Los niños son muy receptivos y saben perfectamente cuando las familias están pasando por situaciones económicas difíciles. La actitud de los papás es sumamente importante", dice Licona.
Con ella coincide la psicóloga escolar María Angélica Maldonado, quien asegura que también es importante no preocupar a los hijos con la situación económica.
"Los padres deben hablarles con la verdad, claro, no llegar a abrumarlos o mortificarlos con la situación económica, simplemente explicarles el porqué es necesario hacer un cambio.
"Hacerles sentir que la situación puede llegar a mejorar. Ayudarles a los niños platicando de la situación", recomienda Maldonado.
Sin comparaciones
Algo común en estas situaciones es que los mismos padres de familia saboteen a sus hijos comparando la escuela anterior con la actual.
Esto es un grave error, aseguran expertos como Mario Cázares, presidente de la Asociación de Psiquiatría de Niños y Adolescentes del Norte.
"Los padres no deben comparar. Los primeros que deben adaptarse son los padres, decir: 'ésta es mi nueva circunstancia, mi nueva vida'. Estas son circunstancias normales en la vida, las situaciones de adaptación.
"Un tiempo de adaptación normal es de unos tres meses, hay niños que luego presentan signos de no adaptarse, de que no quieren ir a la escuela. Pues bueno, habría que poner más atención y llevarlos a ser evaluados".
Otro detalle importante, agrega Licona, es que los padres de familia hablen bien de la escuela nueva en donde estudiarán sus hijos y les dejen bien claro que la calidad de la educación que recibirán es la misma.
"Decirles que si bien es más barata, tiene maestros buenos, no desacreditar la escuela porque luego los niños también la demeritan, se desaniman. No hay maestros de primera ni de segunda, hay maestros, punto.
"Hay que decirles que la calidad es la misma, simplemente es una escuela más económica, pero que se adecua a las posibilidades de la familia para darle seguridad al niño".
Destacar lo bueno
Es importante también, indican los expertos, que el padre de familia le hable a su hijo de las ventajas que tendrá al cambiarse de plantel educativo.
"Hay que señalarles las cosas positivas que tiene el nuevo lugar, no comparar. Los maestros también deben entender a estos niños que viven un proceso de adaptación", dice Cázares.
"Deben explicarle a los niños que harán más amigos. Esto es un punto positivo que pueden manejar, además de seguir teniendo a los amigos anteriores", señala el especialista.
Un cambio de esta naturaleza también puede servirle al niño o adolescente a formar el carácter, pues desde edad temprana se puede dar cuenta que no todas las circunstancias de la vida son fáciles.
"Hay que explicarles a los hijos que en la vida, a veces hay que hacer ajustes, que es normal y que esto se trata simplemente de un ajuste más.
"Si se habla con los hijos, ellos van a responder favorablemente al cambio, se adaptan fácilmente", comenta Maldonado.
Además, los padres de familia no deben de transmitirle a sus hijos su culpabilidad, ni sentir que este cambio es un cambio en el estatus.
"En una sociedad como la que vivimos, que es una elitista, sí les afecta a los niños o adolescentes. Lo pueden asociar con pérdida de estatus, pero hay que conducirlos para que sea una cuestión de aprendizaje.
"Esto les pega mucho más a los padres que a los mismos hijos. Hay que vivir el duelo, la parte normal, pero luego tomar recursos del nuevo ambiente", considera Cázares.
Fuente:
La Opinión
04/11/09
http://www.impre.com/laopinion/vida-estilo/educacion/2009/11/2/ayuda-a-tus-hijos-a-adaptarse-156860-1.html
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