miércoles, 27 de mayo de 2009

Decir ¡no! a tiempo permite formar hijos respetuosos


Cuando mis hijos eran pequeños pasamos por situaciones económicas precarias, y tan sólo les di lo indispensable, ahora me exigen de más, ¿darles gusto puede compensarlos? (Tienen 15, 17 y 19 años). La falta de dinero no es delito ni motivo de pena. Nadie puede garantizar un porvenir lleno de satisfacciones económicas y dinero en abundancia.

No veo por qué quiera pagar culpas que no existen más que en su mente confusa. Los hijos, efectivamente, son los jueces más severos a los que nos enfrentamos, pero no le tema a negar o medir los bienes que ahora usted está en posibilidades de otorgar.Los bienes y el confort caen siempre bien cuando es producto del esfuerzo y el trabajo, pero así como llegan se pueden ir, no quiera pagar con dinero su admiración y que así olviden sus carencias de otra época. Los hijos son su responsabilidad en todos aspectos, pero más en enseñarlos a respetar y amar a sus padres a pesar de todas las carencias pasadas. Esos son motivos de reconocimiento y fortaleza.Los bienes en exceso, ahora mal otorgados, podrían afectarlos incluso más que el carecer de algunos lujos, especialmente cuando no han hecho esfuerzo alguno para ganar o merecer algo adicional. No tema cuando sus hijos exijan, simplemente aprenda a decir ¡No! Mi hija de 16 años padeció toda su niñez de enfermedades que nos mantenían a toda la familia constantemente en jaque. Antes no era justo marcarle límites, pero ahora ya se me salió de las manos. Me hace chantajes a menudo hasta cumplirle sus caprichos y me da miedo negarle o ser indiferente a sus peticiones pensando en su enfermedad o en una posible recaída. ¿Es muy tarde para marcar límites?Un hijo sin límites bien establecidos no será más feliz, sólo estará acostumbrándose a tener poca tolerancia al fracaso. Nunca es tarde para marcar límites, en la salud y en la enfermedad, los cuales son flexibles y negociables. Siempre deben existir ventanas y puertas en la vida familiar; se cierran puertas, se abren ventanas, basados en la comunicación y diálogo. La indiferencia no es otra cosa que evadir su miedo, en vez enfrentar el problema.Es más conveniente aclarar y aceptar no haber sido lo suficientemente estricto en el pasado y haber pasado por alto ciertos caprichos, pero ahora en la la adolescencia será más necesario el implantar reglas de disciplina.No tema una recaída, la cual no es una certeza, pero lo que ciertamente sí se avecina es una inmadurez por parte de su hija al no saber controlar sus frustraciones. Recuerde que la sobreprotección no es símbolo de amor, sino de destrucción. El miedo al mal comportamiento de un hijo se debe de afrontar poniendo soluciones a los problemas diarios y no “pagando” los caprichos, para curar lo que usted no podía remediar.Los berrinches de mi bebé de dos años me matan; con tal de que no llore le compro lo que quiera, ¿es verdad que cuando crezca y madure un poco más aprenderá a no hacer esas escenas?Desde luego que su bebé ya aprendió a tomarle la medida y sabe perfectamente cómo llamar su atención en el cumplimiento de todos sus berrinches y cómo lograr sus propósitos. Me gustaría preguntarle qué pasaría si un día le hace berrinche por querer tomar un cuchillo filoso, ¿también se lo daría?Los bebés rápidamente aprenden comportamientos inadecuados que por ahora hacen a sus padres, pero que más tarde, y a lo largo de su vida, seguirán buscando incautos para solucionar sus caprichos. Son por lo general personas insatisfechas ante cualquier negativa e ineptas para lograr metas y logros por sí mismas.

Fuente:
Vanguardia
25/05/09
http://www.vanguardia.com.mx/diario/noticia/sociedad/vidayarte/decir_%C2%A1no!_a_tiempo_permite_formar_hijos_respetuosos/353172


No olvides visitar

No hay comentarios:

Publicar un comentario