jueves, 29 de octubre de 2009

Cuando un niño no come: causas y consejos para enfrentar ese momento



¿Por qué mi hijo no come? Es una pregunta frecuente a la cual muchos padres se ven enfrentados durante el periodo de la infancia. Generalmente, la negativa a comer de un pequeño puede tener dos causas: ser secundaria a una enfermedad (existen múltiples procesos capaces de producirla) o ser un problema conductual, según explica María Alejandra Cohen Massabó, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.
En el proceso de alimentación normal de un niño interactúan distintos factores entre sí, el apetito, es decir, deseo de comer un alimento específico; el hambre (necesidad física de alimentarse) y la saciedad (cuando ya no se desea seguir consumiendo alimentos). El equilibrio entre ellos, puede verse afectado por motivos fisiológicos y psicológicos.“Por lo general, la negativa a comer de un niño puede tener dos causas: ser secundaria a una enfermedad (existen múltiples procesos capaces de producirla) o ser un problema conductual. Cuando la causa es una enfermedad, el rechazo a comer es generalmente uniforme a todo tipo de comida. En el caso de ser conductual, el rechazo es selectivo a cierto tipo de alimentos”, explica María Alejandra Cohen, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.Según la profesional, la anorexia conductual es la causa más frecuente en los niños pequeños y tiene un origen multicausal, entre los que destaca:1.- Ansiedad excesiva de los padres en torno al peso de su hijo. Es importante señalar que los niños entre los ocho meses y los dos años, disminuyen sus necesidades de energía, ya que a esta edad se enlentece su velocidad de crecimiento y en otros casos hay niños que genéticamente tienen menores necesidades energéticas que otros de su misma edad.2.- Presiones excesivas de sus padres a la hora de alimentarlos suele condicionarlos a rechazar los alimentos.3- Descoordinación de sus padres al alimentarlos: uno lo obliga y el otro le permite que no coma.4- Estrés en la familia, el niño puede manifestar rechazo a los alimentos frente al miedo, timidez o depresión.“Los niños desde los 12 a 15 meses son capaces de llamar la atención de sus padres a través de la comida, comiendo extremadamente lento o pidiendo un alimento diferente al entregado”, subraya la nutricionista.PrevenciónMaría Alejandra Cohen advierte que “para prevenir la anorexia conductual es necesario respetar la maduración de los hábitos alimentarios de nuestros hijos especialmente en los más pequeñitos. Desde el nacimiento, los niños tienen un patrón de hambre cada dos a cuatro horas, es importante saber respetarlo, reconocer además que cuando se duermen tranquilos y dejan de succionar indicaría que ya están satisfechos y no es recomendable seguirles insistiendo”, dice.“Los lactantes pequeños presentan un reflejo llamado de protusión, que consiste en empujar los alimentos más sólidos colocados en la parte anterior de la boca, este proceso suele desaparecer poco antes de los 6 meses, pero puede dificultar las primeras comidas”, dice.“El apetito por determinados sabores se desarrolla desde los seis a doce meses, por lo que al año ya tienen preferencias y aversiones bien definidas. Desde los cuatro años en adelante los niños comienzan a usar las manos; a los cinco intentan tomar la mamadera, a los nueve pueden comer solos una galleta, a los diez toman su vaso, a los 12–14 comienzan a utilizar la cuchara, aunque no la usen con destreza hasta los 18 meses. Es recomendable dejar que los niños coman solos aunque para ello utilicen en forma combinada las manos, la cuchara y el plato. Aún cuando se ensucien, les ayudara a comer cada día mejor y será para ellos un juego muy entretenido”, detalla la docente de la U. Andrés Bello.La alimentación guarda también una estrecha relación con el desarrollo afectivo y la integración del niño y sus padres, proceso que termina haciendo que sea el propio niño quien se alimente. Si estas conductas se ignoran de forma continuada, los problemas pasajeros se hacen persistentes y la comida terminara siempre en una pelea.Se recomienda a los padres evitar los siguientes métodos o errores según la descripción de “Illingwoth” en la alimentación de sus hijos.A) Distraer a los niños con la televisión, bailes, juguetes, cuentos y de sobre manera perseguirlos con el plato por toda la casa.B) Persuadir al niño por que los alimentos le entregan beneficios que él no entiende aún o que obtendrá beneficios difíciles de probar.C) Chantajear al niño con juguetes, dulces o paseos.D) Amenazar al niño con promesas que nunca se cumplen.E) Obligarlo a comer a la fuerza, posiblemente la comida terminara en vómito o el plato en el suelo.F) Permitirle comer a la carta.G) Permitirle comer entre comidas.TratamientoRespecto al tratamiento, la profesional explica que “debe hacerse estudiando cada caso en forma particular, considerando en ello si existe o no deterioro del estado nutricional. Puede que sea necesario la ayuda de un equipo multidisciplinario, que incluya al pediatra, nutricionista y en algunos casos psicólogo”.Según la docente de la U. Andrés Bello, “los cambios deben realizarse conociendo los hábitos dietéticos familiares como los gustos del niño. Enfocándose no en dietas estrictas, si no en ofrecerles una alimentación equilibrada a través de trucos e ideas para que le preparen platos atractivos con alimentos nutritivos que entren por la vista a los niños”.Finalmente, sugiere ofrecer un ambiente relajado y sin prisa al alimentarlos, especialmente en los más pequeños, ya que no se debe olvidar que la comida es un juego y una forma de relacionarse con su familia y entorno.


Fuente:

LaSegundaonline

29/10/09



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