jueves, 29 de octubre de 2009

Tomar calcio en el embarazo previene la hipertensión en la madre y el niño



Estudios plantean que la restricción in utero de este mineral juega un rol clave en el desarrollo de hipertensión en la etapa adulta, por lo que ésta podría prevenirse tempranamente. En Chile la ingesta diaria de calcio en mujeres gestantes sólo alcanza los 800 mg. diarios, muy por debajo de los 1.200 mg. recomendados internacionalmente.
El calcio es clave en la nutrición de las mujeres embarazadas, no sólo porque contribuye a la formación de la estructura ósea en el feto, sino porque protege tanto a la madre como al niño de la hipertensión. Así lo demuestran los últimos estudios realizados en el Instituto de Efectividad Clínica (IECS, Buenos Aires), el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (Guatemala) y el Centro Latinoamericano de Perinatología de la OPS/OMS (Montevideo), que serán próximamente presentados en Chile. Quienes dieron la pista para la investigación fueron las indígenas mayas de Guatemala, cuya dieta se compone básicamente de tortillas fabricadas con maíz, el que dejan remojando durante la noche con piedras de cal; de ahí su sustancioso aporte de calcio. Al observar que estas mujeres presentaban índices de hipertensión durante el embarazo (preclampsia) considerablemente más bajos que el promedio de la población, y similares a los de países desarrollados, el equipo del doctor José Belizán, obstetra e investigador del IECS, comenzó a estudiar tanto en mujeres como en ratas la acción del calcio en el feto.“Los mayores efectos se vieron en la población que tenía un bajo consumo de calcio en la dieta. En esas mujeres la suplementación con el mineral durante el embarazo redujo en 68% la incidencia de preclampsia”, afirma Belizán.Pero eso no es todo. Los mismos investigadores realizaron un seguimiento en los hijos de estas madres suplementadas con calcio y descubrieron que también en ellos se redujo la incidencia de hipertensión. No ocurrió lo mismo con los hijos de las mujeres que habían recibido un placebo durante el embarazo. “Esto sugiere que la restricción fetal de calcio tiene un rol en la génesis de la hipertensión del adulto, y que podríamos prevenirla tempranamente”, agrega el investigador; de hecho, al replicar el estudio en ratas se observó que el efecto se amplificaba y se extendía a la etapa adulta de los roedores.Los hallazgos –que se presentarán en Chile en el VI Congreso Mundial sobre el Origen Temprano de las Enfermedades (DOHaD 2009)- tienen grandes implicancias para la salud pública, dadas las nefastas consecuencias de la hipertensión en la calidad de vida de las personas y en los sistemas de salud.La ingesta de calcio en el mundo es de 472 mg. por día, con un promedio de 860 mg. en los países desarrollados y 346 mg. en el mundo en desarrollo. La recomendación internacional para la población general se sitúa en 1000 mg. por día, y en el caso de las embarazadas, en 1.200 mg. por día. “Lograr este nivel de ingesta podría tener un efecto importante en la calidad de vida de las generaciones futuras”, especifica el experto. En Chile, la ingesta de calcio se encuentra muy por debajo de los niveles recomendados, situándose apenas entre los 500 y los 600 mg. diarios. Pero la mayor preocupación la despiertan las embarazadas, que escasamente superan los 800 mg., explica el doctor Jaime Rozozwski, nutriólogo y director del Programa de Magíster en Nutrición de la Pontificia Universidad Católica.“Las embarazadas deben consumir entre cuatro y seis porciones de productos lácteos al día para conseguir una ingesta adecuada, mientras para el resto de la población se recomiendan cuatro porciones”, agrega el especialista.El calcio es la base para la formación de la estructura ósea del feto, y por tanto, su presencia incide en la talla al nacer. En estudios realizados en Chile, dicha talla se ha relacionado positivamente con mayor rendimiento en la prueba Simce. Tales resultados concuerdan con otras investigaciones recientes que asocian un ambiente nutricional intrauterino favorable con mayor productividad económica en la adultez. “Los nutrientes están disponibles en los alimentos. Lo que se necesita durante el embarazo es una dieta adecuada y por sobre todo, variada, que incluya cantidades importantes de lácteos, frutas, verduras y pescados”, subraya el doctor Rozowski. El doctor José Belizán y el doctor Jaime Rozowski participarán en el VI Congreso Mundial sobre el Origen Temprano de las Enfermedades (DOHaD 2009), que se realizará en Santiago entre el 19 y el 22 de noviembre. La cita reunirá a más de 500 expertos del mundo un torno a este nuevo paradigma científico, que busca las causas más profundas de las enfermedades y apunta a que la prevención de las patologías de la adultez puede iniciarse ya in utero.


Fuente:

La Segunda

27/10/09



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