El sexo representa un tema difícil de abordar para los padres porque está asociado a múltiples tabúes y miedos que provienen de la historia de vida de cada uno y que dificultan la expresión natural de la información. En ocasiones los padres provienen de familias muy conservadoras, en las que el tema del sexo nunca fue mencionado, y al no tener un modelo que les indique como hacerlo se sienten sin herramientas.
Otras veces aun cuando hayan recibido educación sexual en su infancia, temen dar información a sus hijos porque sienten que informando van a predisponerlos a iniciarse tempranamente en el sexo.
Es cierto que a nivel escolar se está formando tempranamente en sexualidad, sin embargo esta información es una información muy puntual que no deja espacio para discutir y aclarar dudas particulares. El hogar constituye un ambiente donde el niño debe tener un clima de confianza que le permita expresar libremente sus dudas acerca de ésta y otras informaciones que pueda obtener por diferentes vías.
No siempre los niños hacen espontáneamente preguntas sobre la sexualidad. Por esto es mejor estar preparado para iniciar el diálogo sobre este tema. Existen ciertos momentos que le pueden facilitar el inicio de una conversación acerca de estos temas; por ejemplo, después de ver un programa de televisión o al encontrar un anuncio o artículo en una revista o periódico. Para padres de niños muy pequeños puede ser sencilla la aproximación a la sexualidad a través de material educativo sencillo tipo cuentos y con ilustraciones claras que constituyen un gran recurso de apoyo y ayudan al padre novato a expresarse con más seguridad.
En otras ocasiones, los hijos le facilitan el proceso a los padres a través de preguntas sobre aspectos particulares de sexualidad , lo cual, en vez de constituir una situación embarazosa, debe verse cómo un momento valioso que permite al padre:
• Explorar su nivel de conocimiento acerca del tema con expresiones cómo: "Estoy feliz de que hayas preguntado. ¿De dónde crees tú que saliste?". Permite al padre conocer el nivel de profundidad de la respuesta esperada por el niño, qué información ya posee, cómo la obtuvo, etc.
• Permite aclarar conceptos errados que puede haber obtenido por vías inadecuadas.
• Permite establecer un espacio en el hogar donde se sienta cómodo al indagar, discutir, etc., acerca de la sexualidad, reduciéndose el riesgo de que busque información por otras vías.
• Brinda a los padres la posibilidad de mostrar al niño valores afectivos asociados a la sexualidad, los cuales muchas veces son obviados por otras fuentes de información.
¿Qué tanto debemos decirles?
Todo padre debe saber que es importante ante todo no mentir a los niños cuando realizan alguna pregunta, siempre debe respondérsele con la verdad, lo cual contribuye a fortalecer la confianza en los padres y abre un canal de comunicación al que el niño puede acceder cada vez que sienta la necesidad.
El silencio o la evasión pueden resultar estrategias cómodas para algunos padres que se sienten sin habilidades para enfrentar el tema, sin embargo ésta actitud sólo contribuye a que el niño entienda el sexo como un tema del que no debe hablar en el hogar y del que no está permitido hacer preguntas. Por el contrario, la apertura a conversarlo lo ayuda a tomar el tema con naturalidad.
Uno de las principales dudas de los padres tiene que ver con hasta dónde deben extenderse al responder preguntas o dar información. El punto principal en este sentido es tratar de indagar el nivel de conocimiento previo que posee el niño y tomar en cuenta su momento evolutivo.
Muchas veces los padres se extienden en profundas explicaciones que terminan por confundir al niño o por incrementar su curiosidad, mientras que, si se responde de manera sencilla y concreta limitando la respuesta a lo que él está pidiendo, el niño quedará conforme y se sentirá respetado y escuchado.
Si después de responder a su pregunta queda alguna duda, él pedirá que se le aclare, si no lo hace se le puede preguntar qué entendió para estar seguros de que la información fue captada correctamente. Se puede cerrar el tema aclarando la posibilidad de retomarlo cuando lo necesite: “cuando quieras preguntarme otra cosa o conversar sobre esto, puedes venir y hablaremos de lo que necesites”. También es importante motivar a sus hijos para que pregunten sobre la verdad de las cosas que escuchan de sus compañeros.
Cuando no tenga respuesta a alguna pregunta, admítalo e invítelo a buscar juntos la información.
Edades
Cuando es el padre quien toma la iniciativa de formar a su hijo en sexualidad antes de que éste realice preguntas por su cuenta, es importante conocer algunos aspectos básicos del momento evolutivo.
De 0 a 2 años es importante que los niños aprendan a nombrar las partes de su cuerpo, utilizando siempre los nombres correctos, este aprendizaje puede hacerse como rutina durante la hora del baño o mientras se visten. En el caso de los genitales, usted puede usar a diario el nombre con el que se sienta más cómodo, siempre que el niño conozca también el nombre correcto. Más adelante (3-4) se les explicarán diferencias entre sexo femenino y masculino dándoles libertad para hacer preguntas. Es un momento clave donde ellos ya han podido percibir ciertas diferencias entre los sexos, no sólo físicas sino culturales (uso de zarcillos, tipo de vestuario, maquillaje, etc). De 5 a 8 años pueden entender explicaciones mucho más complejas, puede explicársele cómo queda una mujer embarazada, cómo crece el bebé dentro de ella, etc. Seguramente en este momento ya ellos harán preguntas sobre inquietudes particulares (siempre que se haya creado el clima adecuado de confianza en el hogar). De 9 a 12 años es importante hablar con profundidad de los cambios corporales que experimentarán, las consecuencias de las relaciones sexuales, las enfermedades de transmisión sexual, métodos de protección, etc.
¿Qué palabras podemos usar?
Siempre, por muy sencilla que sea la explicación deben utilizarse los términos correctos: puede darle explicaciones sencillas, como decirle que los bebés crecen en un lugar dentro del cuerpo de su mamá y que se llama "útero". Puede que esto sea suficiente para él y puede ser también que pregunte algo más acerca de cómo llega el bebé hasta dentro de la madre. En ese caso, se le puede decir: "Todo comienza con una pequeña célula-huevo de mamá y esperma de papá". También se les puede decir que la semilla del papá (o espermatozoide) que viene de su pene, se une a la semilla de su mamá (óvulo) en el útero, entonces el bebé comienza a crecer y permanece 9 meses en la barriga de la mamá.
En niños mayores se utilizarán razonamientos más profundos donde se involucran los sentimientos, cómo una pareja se enamora y decide tener relaciones sexuales, la importancia de esa decisión, la selección del momento y persona adecuados, entre otros.
Tips Generales
• Mantenga siempre una atmósfera calmada en sus conversaciones
• Utilice un lenguaje adecuado para la edad y nivel de conocimiento de su hijo
• Estimule a su hijo a hacer preguntas
• Indague repreguntando para conocer el nivel de información que ya posee
• Relacione siempre la sexualidad con el amor
• Realice una evaluación con su hijo de ventajas y desventajas de sus opciones en el ejercicio de la sexualidad
• Complemente sus conversaciones con material de apoyo interesante según el momento evolutivo de su hijo
• Plantear situaciones hipotéticas que puedan ocurrirle puede ser una buena vía para indagar su manera de afrontar la situación y darle opciones.
• Infórmese de lo que se está enseñando sobre sexualidad en la escuela para hablarle en el mismo idioma
• Hábleles siempre de la importancia de proteger su cuerpo de personas extrañas (no dejar tocar sus partes íntimas) para prevenir situaciones peligrosas.
• Asegúrese de hablar de la belleza de la sexualidad humana
• En adolescentes, discuta el tema de la homosexualidad.
Los padres como interlocutores
Formar a su hijo en sexualidad puede ser una experiencia enriquecedora para ambos, independientemente de cómo haya sido la educación sexual que usted recibió. Usted representa el mejor y más sano interlocutor para su hijo, nadie cómo usted va a darle la información más real, sincera y pensando en su bienestar.
Abrirse a escuchar, desprenderse de tabúes y miedos propios, buscar material de apoyo, fomentar la discusión e informar son estrategias básicas.
No olvide, usted no está formando a su hijo en sexualidad para indicarle el camino que usted desea que siga, usted está brindándole la información suficiente para que él tome decisiones maduras sobre su sexualidad, lo cual no implica sólo el momento de inicio de la actividad sexual, sino el ejercicio de una actividad sexual responsable, con conocimiento de riesgos y consecuencias.
Fuente:
Diario de Yaracuy
22/10/09
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