Platicar de sexualidad con sus niños y adolescentes puede ayudarles a tomar mejores decisiones. Aquí están algunas pautas de cómo hacerlo.
Hablar de sexo con los hijos puede ser una experiencia incómoda y difícil para el adulto. De hecho, en ocasiones resulta complicado dar una explicación sobre ciertos temas, pero es parte del ejercicio de la paternidad. Y es natural que los padres se sientan cohibidos, pues la mayoría de los adultos de hoy, cuando niños, nunca escucharon a sus progenitores hablarles de sexo. De ahí la inseguridad y la impresión de que se hace algo que escapa a lo acostumbrado.
Muchos padres tienen la idea errónea de que hablar de sexo con sus hijos puede despertar su curiosidad y dar pie a que los jóvenes tengan una experiencia prematura, y que traer a la plática temas como el sexo oral podría influir en la curiosidad de sus hijos.
Sin embargo, son muchos los estudios y experiencias que demuestran que la plática honesta entre padres e hijos contribuye a retrasar el inicio de la actividad sexual, evita las conductas de riesgo y promueve una socialización sexual más sana entre los jóvenes.
Ejemplo de esto es un estudio efectuado por los organizadores de la Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo en los Adolescentes, llevado a cabo en la ciudad de Nueva York.
De 500 adolescentes que fueron consultados, casi 70 por ciento reconoció la enorme presión ejercida por el medio ambiente en el sentido de que “ser virgen” es anticuado. Sin embargo, ese mismo porcentaje señaló que las causas que retrasan sus actividades sexuales eran el temor al embarazo y a contraer una enfermedad venérea.
“Aún si los padres creen que los hijos no los escuchamos, se sorprenderían de lo realmente interesados que estamos en conocer sobre el sexo”, comentó una de las chicas entrevistadas.
Casi 40 por ciento de los adolescentes afirmó que nunca había tenido una “conversación útil” sobre sexualidad. El problema es que cuando los niños no encuentran información en casa la buscan entre los amigos, un ambiente que se presta para los conceptos erróneos o distorsionados.
Por eso los padres deben asumir su responsabilidad de contribuir a la formación de sus hijos, proporcionándoles información adecuada, pero sin intervenir en sus decisiones.
Finalmente, los padres deben entender que necesitan conocer el tema para hablar de sexualidad, por lo tanto, es importante que busquen información y asesoría si no saben cómo enfrentarse a situaciones delicadas.Recuerde que la sexualidad es parte importante de la vida de todo ser humano, y que usted, como padre puede contribuir a que sus hijos la vivan con plenitud, pero también con responsabilidad.
La educación sexual debe formar parte del proceso educativo y social propio del ser humano, ya que se trata de una faceta importante de la preparación para la vida. Sin olvidar que el ejemplo (la conducta de los padres) tiene un peso mucho mayor que el de sus palabras.
Lo que procede
Aquí tiene siete sugerencias que pueden serle de utilidad si usted todavía tiene pendiente “esa gran conversación” con sus hijos.
1.Encuentre el momento apropiado n En lugar sentarse junto a su hijo y decirle “es hora de que platiquemos un par de cosas acerca de ti”, facilite que el tópico de convesación surja de manera natural y espontánea —por ejemplo, a propósito de una escena de amor que vieron juntos en la tele. Pero es importante que usted tenga bien claro y definido, por anticipado, qué es exctamente lo que desea transmitirle a su hijo o hija acerca del sexo.
2. No se muestre imprecison Usted no quiere que su hija de secundaria se embarace, pero ¿está bien si ella toma anticonceptivos? ¿Y qué tal bien si ella le dice que su novio siempre usa el condón cuando tienen relaciones? ¿Cuál es su opinión sobre el sexo oral? ¿Debe hablar con ella de eso? Piense en los mensajes que usted quiere que sus niños y niñas escuchen acerca de los temas más comunes relacionados con el sexo.
3.Hable un lenguaje claron En materia de sexo hay que llamar a las cosas por su nombre y siempre hay que ser claro, nunca ambiguo, en lo que uno pretende comunicar. Existen muchas maneras de abordar una situación determinada, pero lo importante es darse a entender con claridad sobre lo que uno desea comunicar. Lo cual no siempre es fácil cuando se trata de algunas materias sexuales. Tampoco se trata de platicarlo todo de una buena vez. Por eso conviene reflexionar e informarse antes de hablar de sexualidad con su hijo o hija.
4.Sea un buen escuchan Evite sermonear y no interrumpa una vez que su niño o niña comienza a hablar sobre algo que les interesa. De ser posible deje que sea él o ella quien decida hacia dónde quiere llevar la conversación. Reformule en sus propias palabras lo que usted escucha decir a sus hijos. Esto evita malos entendidos. Deje que los sentimientos —los suyos y los de su hijo— sean parte importante del tema de conversación.
5. Una técnica recomendable n Considere con su hijo los pros y los contras de las decisiones relacionadas con el sexo. Esta forma de llevar la conversación es de gran ayuda para los chicos.
6. No olvide el amorn Relacione el sexo y la intimidad con el amor. Y no olvide la importancia de mencionar el respeto por sí mismo y por su pareja, que siempre debe haber cuando se asume el sexo con responsabilidad.
7. No tema indagarn No vacile en preguntar a su hijo o hija si es que ellos son sexualmente activos. Cualquiera que sea su respuesta, éste es un buen punto para hablar de enfermedades venéreas, condones y anticonceptivos.
Hablar de sexo con los hijos puede ser una experiencia incómoda y difícil para el adulto. De hecho, en ocasiones resulta complicado dar una explicación sobre ciertos temas, pero es parte del ejercicio de la paternidad. Y es natural que los padres se sientan cohibidos, pues la mayoría de los adultos de hoy, cuando niños, nunca escucharon a sus progenitores hablarles de sexo. De ahí la inseguridad y la impresión de que se hace algo que escapa a lo acostumbrado.
Muchos padres tienen la idea errónea de que hablar de sexo con sus hijos puede despertar su curiosidad y dar pie a que los jóvenes tengan una experiencia prematura, y que traer a la plática temas como el sexo oral podría influir en la curiosidad de sus hijos.
Sin embargo, son muchos los estudios y experiencias que demuestran que la plática honesta entre padres e hijos contribuye a retrasar el inicio de la actividad sexual, evita las conductas de riesgo y promueve una socialización sexual más sana entre los jóvenes.
Ejemplo de esto es un estudio efectuado por los organizadores de la Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo en los Adolescentes, llevado a cabo en la ciudad de Nueva York.
De 500 adolescentes que fueron consultados, casi 70 por ciento reconoció la enorme presión ejercida por el medio ambiente en el sentido de que “ser virgen” es anticuado. Sin embargo, ese mismo porcentaje señaló que las causas que retrasan sus actividades sexuales eran el temor al embarazo y a contraer una enfermedad venérea.
“Aún si los padres creen que los hijos no los escuchamos, se sorprenderían de lo realmente interesados que estamos en conocer sobre el sexo”, comentó una de las chicas entrevistadas.
Casi 40 por ciento de los adolescentes afirmó que nunca había tenido una “conversación útil” sobre sexualidad. El problema es que cuando los niños no encuentran información en casa la buscan entre los amigos, un ambiente que se presta para los conceptos erróneos o distorsionados.
Por eso los padres deben asumir su responsabilidad de contribuir a la formación de sus hijos, proporcionándoles información adecuada, pero sin intervenir en sus decisiones.
Finalmente, los padres deben entender que necesitan conocer el tema para hablar de sexualidad, por lo tanto, es importante que busquen información y asesoría si no saben cómo enfrentarse a situaciones delicadas.Recuerde que la sexualidad es parte importante de la vida de todo ser humano, y que usted, como padre puede contribuir a que sus hijos la vivan con plenitud, pero también con responsabilidad.
La educación sexual debe formar parte del proceso educativo y social propio del ser humano, ya que se trata de una faceta importante de la preparación para la vida. Sin olvidar que el ejemplo (la conducta de los padres) tiene un peso mucho mayor que el de sus palabras.
Lo que procede
Aquí tiene siete sugerencias que pueden serle de utilidad si usted todavía tiene pendiente “esa gran conversación” con sus hijos.
1.Encuentre el momento apropiado n En lugar sentarse junto a su hijo y decirle “es hora de que platiquemos un par de cosas acerca de ti”, facilite que el tópico de convesación surja de manera natural y espontánea —por ejemplo, a propósito de una escena de amor que vieron juntos en la tele. Pero es importante que usted tenga bien claro y definido, por anticipado, qué es exctamente lo que desea transmitirle a su hijo o hija acerca del sexo.
2. No se muestre imprecison Usted no quiere que su hija de secundaria se embarace, pero ¿está bien si ella toma anticonceptivos? ¿Y qué tal bien si ella le dice que su novio siempre usa el condón cuando tienen relaciones? ¿Cuál es su opinión sobre el sexo oral? ¿Debe hablar con ella de eso? Piense en los mensajes que usted quiere que sus niños y niñas escuchen acerca de los temas más comunes relacionados con el sexo.
3.Hable un lenguaje claron En materia de sexo hay que llamar a las cosas por su nombre y siempre hay que ser claro, nunca ambiguo, en lo que uno pretende comunicar. Existen muchas maneras de abordar una situación determinada, pero lo importante es darse a entender con claridad sobre lo que uno desea comunicar. Lo cual no siempre es fácil cuando se trata de algunas materias sexuales. Tampoco se trata de platicarlo todo de una buena vez. Por eso conviene reflexionar e informarse antes de hablar de sexualidad con su hijo o hija.
4.Sea un buen escuchan Evite sermonear y no interrumpa una vez que su niño o niña comienza a hablar sobre algo que les interesa. De ser posible deje que sea él o ella quien decida hacia dónde quiere llevar la conversación. Reformule en sus propias palabras lo que usted escucha decir a sus hijos. Esto evita malos entendidos. Deje que los sentimientos —los suyos y los de su hijo— sean parte importante del tema de conversación.
5. Una técnica recomendable n Considere con su hijo los pros y los contras de las decisiones relacionadas con el sexo. Esta forma de llevar la conversación es de gran ayuda para los chicos.
6. No olvide el amorn Relacione el sexo y la intimidad con el amor. Y no olvide la importancia de mencionar el respeto por sí mismo y por su pareja, que siempre debe haber cuando se asume el sexo con responsabilidad.
7. No tema indagarn No vacile en preguntar a su hijo o hija si es que ellos son sexualmente activos. Cualquiera que sea su respuesta, éste es un buen punto para hablar de enfermedades venéreas, condones y anticonceptivos.
Fuente:
Vanguardia
2/10/09
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