viernes, 24 de julio de 2009

Cómo educar a los hijos con palabras


El lenguaje es una herramienta fundamental en la educación de los niños. De este modo, una importante tarea para los padres es explicar a sus hijos todo lo que ocurre en el ambiente, mediante las palabras y la entonación adecuadas, que estimulen su sano aprendizaje. Para lograr este objetivo, también es necesario evitar algunos términos y actitudes que sólo conseguirán dañarlos.La maestra María Teresa Gómez Zepeda, psicóloga de la Universidad Iberoamericana, señala que los mensajes que los papás transmiten a los pequeños deben ser congruentes y muy claros.La especialista afirma: “Hay que hablarles en presente: Qué está sucediendo en este momento. Por ejemplo: ‘Hoy comiste bien y eso te hará crecer’. Y es que algunas de las conversaciones que tienen los padres con los hijos, en ocasiones, de manera involuntaria, se encaminan a criticarlos y juzgarlos, en vez de alentarlos y provocarles seguridad, confianza y autonomía. Los niños necesitan afecto, condescendencia y que se les hable con palabras muy sencillas”.La experta indica que no sólo las palabras, sino también las actitudes marcan a un niño. “En el proceso de comunicación, existe el lenguaje no verbal, que acompaña a las palabras. Muchas veces, cuando el papá o la mamá están enojados, abren los ojos de una manera un tanto agresiva y esto impacta en los pequeños, se les queda grabado y empieza a formar parte de sus creencias. Por esto, cuando los padres se expresan con sus hijos, deben cuidar la manera tanto corporal como lingüística en que lo hacen, para evitar lastimarlos, ponerlos en desventaja o devaluar su autoestima”.La especialista también recomienda cambiar los vocablos negativos por positivos. “Hay que saber decir la palabra ‘no’. Aquí ocurre algo muy especial. Muchas veces, al decirlo, los padres mandan un doble mensaje. Expresan: ‘No hagas tal cosa’, pero lo dicen con una sonrisa. Entonces, el niño no sabe si se lo están indicando en serio. Se da una confusion interna y el pequeño no es capaz de determinar lo que debe hacer. Hay que empezar a hablarles con argumentos sencillos y explicarles por qué no puede hacerlo en ese momento, mediante frases amables, pero firmes”.Otra situación que se debe evitar es condicionar el amor de acuerdo a su comportamiento, porque se puede dañar su autoestima. María Teresa Gómez detalla en este sentido: “Hay que eliminar frases del tipo de: ‘Como no me obedeces, ya no te voy a querer’, pues lo más seguro es que se sienta totalmente desprotegido y con miedoa que esto sea real”.La experta explica que las mentiras también dañan terriblemente a los pequeños. “Cuando el padre miente y el hijo se da cuenta, puede ocasionarle una serie de confusiones, porque no sabe cuándo es verdad y cuándo no. Los niños empiezan a imitar esta actitud y los papás los regañan o los castigan por este comportamiento, que han aprendido de ellos”.Es necesario tener en cuenta que el empleo de un lenguaje adecuado para relacionarse con los hijos, dará como resultado niños seguros, lo que les permitirá tener un espíritu innovador, adaptarse a diversas circunstancias y ser colaboradores. Un pequeño con un buen nivel de autoestima puede comunicarse en su entorno sin temor a ser criticado, y estará en posibilidad de incrementar su autonomía.



Fuente:

La Opinión

27/07/09



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