martes, 28 de julio de 2009

Hijos rebeldes, ¿qué hacer?



Su rebeldía está marcada en actitudes de falta total de obediencia a sus padres, respuestas ásperas y duras, sin control y sin límites adecuados.Esto puede llevar a un involucramiento creciente en alcohol, sexo, drogas y en conductas violentas.Llaves positivas para llegar a sus hijos:Use el amor incondicional. El papel más importante de un padre es el amar y preocuparse realmente de sus hijos.Discipline incondicionalmente. Proporcionar una instrucción clara y reforzar los límites en la conducta de sus hijos. Enfatice los actos de qué es lo que deben hacer en lugar de lo que no deben hacer.Pase tiempo con sus hijos. Juegue con ellos, hable con ellos, enséñeles a desarrollar un espíritu familiar y ante todo hágales sentir que pertenecen a este núcleo.Dé prioridad a las necesidades de su compañera (o). Los hogares en los cuales los niños son el centro de atención no producen ni matrimonios felices, ni hijos felices.Enseñe a sus hijos la diferencia entre el bien y el mal. Los hijos necesitan que se les determinen los valores y comportamientos básicos para que así puedan desarrollarse y desenvolverse dentro de la sociedad. Procure que traten a los demás con amabilidad, respeto y honestidad. Al tratar con sus hijos actúe con respeto. Aprenderán hacerlo con usted y con los demás.Escuche, realmente escuche. Esto implica proporcionarles una atención sin interrupción, haciendo a un lado sus creencias y sus emociones para que así trate de entender el punto de vista de sus hijos.Ofrezca una guía. Sea breve, no dé sermones y no force las opiniones de sus hijos.Promueva la independencia. Gradualmente permita que sus hijos tengan más libertad y control de sus vidas.Sea usted consciente y acepte que sus hijos cometerán errores. Debe usted entender que tanto la influencia externa, como la presión de los amigos, aumentará conforme sus hijos vayan creciendo y madurando. La mejor manera de enfrentar a un hijo rebelde es siendo un padre amoroso y firme.


Fuente:

Vanguardia

28/07/09



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1 comentario:

  1. Ya me gustaría dejarle a mi hija de 9 años una temporadita. Conforme leo su artículo me indigno aún más, habré cometido muchos fallos, pero todo lo que usted comenta lo he llevado a cabo con creces; a veces los psicólogos generalizan de tal forma que creen que todos tenemos las mismas características, las mismas preferencias, vamos, que estamos clonados prácticamente y creo que cada persona es un Mundo distinto y hay consejos o técnicas que no valen para todo el mundo, sobre todo para una madre desesperada que ya las ha comprobado todas. Antes los padres trabajaban de sol a sol, no podían jugar con nosotros, no nos podían ni ayudar a hacer los deberes porque a penas sabían leer,nos decían bien poco lo que era bueno o malo,...¿cómo hemos crecido nosotros?Será que somos de otra especie, o por favor, que alguien me analice porque a lo mejor tengo algún trauma oculto y cualquier día me aflora y no sé lo que seré capaz de hacer.Gracias de todas formas.

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