En las escuelas públicas los jóvenes se asocian y comparten con sus compañeros, forman amistades en las clases, en los equipos deportivos, los clubes escolares y en las organizaciones estudiantiles.
La escuela es un lugar donde además de aprender los niños tienen la oportunidad de dedicarle tiempo a otros inte-reses, descubrir nuevas habilidades y enfrentar retos. La vida en sí está llena de retos. La forma en que enseñamos a nuestros hijos a enfrentarlos define su carácter y les enseña cómo manejar el diario vivir.
Estos desafíos podrían ser el hostigamiento de sus compañeros, abuso de violencia, muchas veces por no saber o poder hacer respetar sus derechos. Los jóvenes muchas veces suelen sufrir estos incidentes en privado e internalizan estos sufrimientos hasta que se convierten en un peligro mental y físico para el joven.
Dependiendo el tipo de comunicación que tenga con sus hijos, usted se enterará o no de estos acontecimientos. Como es natural cuando nuestros hijos enfrentan situaciones difíciles, sentimos la obligación de defender y hacer valer sus derechos. Pero aunque sí debemos intervenir debemos hacerlo de la forma correcta.
Por lo general, las escuelas públicas tienen un personal entrenado para tratar sus preocupaciones de forma profesional. Es importante que exprese su preocupación de forma respetuosa.
Cuando esté en esta situación, comuníquese con la persona indicada: el profesor, administrador o el consejero. Cuéntele el problema de su hijo o pida una cita si la situación así lo amerita. Cuando relate lo sucedido, déle oportunidad al oficial escolar de averiguar a fondo lo sucedido y déle tiempo para que le pueda dar una explicación de lo sucedido.
Esta explicación puede ser diferente de lo que usted espera. Esté dispuesto a ver el otro lado de las cosas y ser parte constructiva de la solución. Si su niño está en un error, ayúdele a reconocerlo. Juntos debemos hacer valer los derechos de nuestros hijos y nuestros alumnos. Exija siempre que su hijo sea tratado con dignidad y respeto. Pero también exijale a su hijo que se comporte con respeto. Nunca de haber lugar para la falta de respeto de ninguna de las partes.
http://www.profesorcollado.com/
La escuela es un lugar donde además de aprender los niños tienen la oportunidad de dedicarle tiempo a otros inte-reses, descubrir nuevas habilidades y enfrentar retos. La vida en sí está llena de retos. La forma en que enseñamos a nuestros hijos a enfrentarlos define su carácter y les enseña cómo manejar el diario vivir.
Estos desafíos podrían ser el hostigamiento de sus compañeros, abuso de violencia, muchas veces por no saber o poder hacer respetar sus derechos. Los jóvenes muchas veces suelen sufrir estos incidentes en privado e internalizan estos sufrimientos hasta que se convierten en un peligro mental y físico para el joven.
Dependiendo el tipo de comunicación que tenga con sus hijos, usted se enterará o no de estos acontecimientos. Como es natural cuando nuestros hijos enfrentan situaciones difíciles, sentimos la obligación de defender y hacer valer sus derechos. Pero aunque sí debemos intervenir debemos hacerlo de la forma correcta.
Por lo general, las escuelas públicas tienen un personal entrenado para tratar sus preocupaciones de forma profesional. Es importante que exprese su preocupación de forma respetuosa.
Cuando esté en esta situación, comuníquese con la persona indicada: el profesor, administrador o el consejero. Cuéntele el problema de su hijo o pida una cita si la situación así lo amerita. Cuando relate lo sucedido, déle oportunidad al oficial escolar de averiguar a fondo lo sucedido y déle tiempo para que le pueda dar una explicación de lo sucedido.
Esta explicación puede ser diferente de lo que usted espera. Esté dispuesto a ver el otro lado de las cosas y ser parte constructiva de la solución. Si su niño está en un error, ayúdele a reconocerlo. Juntos debemos hacer valer los derechos de nuestros hijos y nuestros alumnos. Exija siempre que su hijo sea tratado con dignidad y respeto. Pero también exijale a su hijo que se comporte con respeto. Nunca de haber lugar para la falta de respeto de ninguna de las partes.
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Fuente:
El Nuevo Herald
14/09/09
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