lunes, 21 de septiembre de 2009

¡Mamá, quiero ir a una fiesta hasta las tres de la mañana!


Los "permisos" se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para las familias chilenas. Negociarlos, establecer límite y llegar a acuerdos solidarios con otros padres son vitales para evitar caer en disputas innecesarias con los hijos. Débora Gutiérrez A. ""¿Puedo dormir en casa de un amigo?". "Mis amigas salen hasta las 2:00, ¿por qué yo hasta la 1:00 no más?". "¿Puedo pololear?". ¿Estas preguntas le son familiares? Entonces con seguridad tiene un adolescente en casa. Ese "tira y afloja" de los permisos cuando se tienen hijos de entre 11 y 18 años no es tarea fácil. Los psicólogos incluso los reconocen como uno de los motivos más frecuente de conflicto familiar.SebastiánVidaurre (39 años) y María de los Ángeles Guzmán (37 años) tienen cinco hijas, tres de ellas ya son adolescentes o se acercan a pasos agigantados a esa etapa. "Cuando la primera cumplió 14" -cuenta la mamá-, "la fórmula (infantil) para manejar a nuestra hija no era efectiva. Consultamos a un psicólogo y nos instó a replantear el 'rayado de cancha' que teníamos desde que ellas eran pequeñas".Sebastián y su esposa hablaron y evaluaron cuándo, a qué edad, con quién, a qué lugares y la hora de regreso que su hija María de los Ángeles (17 años) debía respetar si salía. "El horario para volver, saber con quién salen y recogerlas por la noche no se transan", dice el papá.Para evitar el típico "truco" que los adolescente esgrimen para lograr más permisos (quejarse de que a los amigos les permiten llegar más tarde en la noche), los Vidaurre-Guzmán acordaron un horario común con los papás del colegio para volver a casa y un sistema de turnos para ir a buscarlas cuando hay "carretes".La exposición de límites claros a los hijos es vital para la posterior negociación que ocurre con los permisos que piden los adolescentes, dice Marianella Abarzúa, psicóloga experta en adolescentes del Centro de Atención Psicológica de la U. de Chile (Caps). Límites que, además, el 62% de los jóvenes quiere y necesita, según reveló el Informe de Desarrollo Humano 2009 del PNUD.Pero no se trata de emitir un veredicto con los adolescentes, comenta la experta, sino llegar a acuerdos donde ambos, adolescentes y padres, queden contentos. Para eso es importante establecer un piso de negociación con el tema de los permisos, donde existen cosas que no se transan y otras que sí. Esto se aplica a una infinidad de situaciones como alojar en casa de amigos, salir de vacaciones sin los padres o pololear.Los permisos, agrega María Olga Herreros, psicóloga infantojuvenil y candidata a doctora de la U. de Chile, deben ser otorgados a los hijos adolescentes exigiendo cuotas de responsabilidad. "Surgen roces, pero es vital que los padres les pidan a los hijos asumir ciertos compromisos (académicos, comportamientos, etc.) cuando se negocia un determinado permiso".Consecuencia"Yo te doy, tú me das" es la fórmula usada por Marcia Salas (40 años) y Rodrigo Caravantes (42 años) con su hijo de 14 años: "Muchas veces 'patalea' por lo injusto que somos con él, pero nuestro trato es seremos 'permisivos' en la medida en que cumplas con el colegio o muestres que te esfuerzas. El año pasado comenzó a disminuir su rendimiento y el permiso para estar conectado al PC sin horario se revocó. Nos declaramos padres más bien permisivos, pero consecuentes, y los compromisos en casa se cumplen", asegura Marcia.Una forma de enfrentar los permisos cuando los hijos comienzan la adolescencia (11 o 12 años) es lo que Eduardo Corsi, psicólogo de adolescentes y presidente del Instituto Chileno de la Terapia Cognitiva, llama "ilusión de alternativa". Es decir, dejarlo salir porque claramente a esta edad los hijos necesitan divertirse, pero escogiendo ciertas opciones. "La pregunta correcta sería, por lo tanto, ¿vas a la fiesta y paso por ti a las 2:00 de la mañana o prefieres quedarte en la casa?", ejemplifica.Cuando están más grandes, las alternativas se multiplican y debe negociarse cada vez. "Es una ilusión pensar que los permisos se establecen una vez y se cumplen", explica Marianella Abarzúa. "Con los adolescentes, tal como ocurre con los hijos de 4 o 5 años, hay que reiterar una y otra vez los acuerdos, los permisos y los compromisos adquiridos. Es agotador, pero necesario". Datos clave Entre 3 y 5 AM , según estadísticas de Conaset, aumenta la probabilidad de que un accidente en auto provoque fallecidos o lesionados graves.A las 2:00 AM existen menos posibilidades de que ocurra un accidente con fallecidos o con lesionados graves.Acuerdos sin conflictos Para lograr que los hijos salgan, se diviertan y los padres no sufran, los especialistas recomiendan:No negociar los permisos in situ y no ceder a la presión que ejercen los adolescentes por obtener respuestas, por ejemplo, minutos antes de querer ir a un "carrete".Tener un estilo de casa abierta donde puedan llegar amigos, hacer fiestas e invitar a los padres para conocer el mundo en que se mueve el adolescente.Mantener una rutina con vida familiar (que debe acotarse y respetarse) versus vida con amigos, fiestas, salidas, vacaciones y otros.Negociar fórmulas para saber dónde y con quién está: una llamada corta al celular durante la noche puede ser de gran ayuda.Evitar discutir un permiso frente a amigos o compañeros -táctica ocupada por los adolescentes para ejercer presión-, sino que buscar instancias dondepuedan conversartranquilamente.Los horarios de salida y regreso de los "carretes" deben estar sincronizados con el entorno social, la edad y el carácter de los hijos, pero también con los valores familiares.

Fuente:
El Mercurio
21/09/09
http://diario.elmercurio.com/2009/09/19/ciencia_y_tecnologia/mas/noticias/90B39408-DD49-4B2C-A5B7-21758B8161F1.htm?id=%7B90B39408-DD49-4B2C-A5B7-21758B8161F1%7D

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