lunes, 14 de septiembre de 2009

Hacer trampa no es juego de niños


Analizándolo a la ligera y desde un caso puntual, a algunos les parecería que la trampa, si tiene fines altruistas, no es mala. Sin embargo, conseguir los objetivos con el mínimo esfuerzo puede resultar adictivo, sobre todo si se está en proceso de formación. “La semana pasada tenía una prueba de informática de la cúal no sabía nada porque no entiendo mucho”, cuenta Mario Alejandro Gonzáles, estudiante de 15 años, en un colegio campestre de la ciudad. “Unos amigos me aconsejaron copiar. La profesora nos había permitido continuar al día siguiente, por lo tuvimos tiempo para estudiar, pero seguí sin entender”. Mario asegura que trató de encontrar la manera de comprender el tema que se le planteaba, pero según opina, no le va muy bien con la informática. “Todos sabemos cómo manejar Internet pero no todos tienen capacidad para entender las secuencias de comandos y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de educar”, señala Francisco Gómez, docente de informática. Gómez considera que es fundamental ofrecer a los chicos las explicaciones suficientes fuera de la clase y que los padres conozcan esa falencia de su hijo.La psicóloga Carolina B. Dulcey, señala que en ocasiones los padres ponen demasiadas expectativas en sus hijos y estos no son capaces de cumplirlas. “Hay que ser sincero consigo mismo y permitirle al chico que ha sido sorprendido en la trampa que exprese por qué lo hizo. Con mucha frecuencia, los chicos se sienten presionados para cumplir unas ciertas expectativas para las cuales no están preparados”.Mario cuenta que ante la imposibilidad de comprender, aceptó la sugerencia de sus amigos. “Me dieron el exámen en mi memoria usb como plan de apoyo y lo pensaba utilizar, pero me remordió la conciencia. Sería la primera vez que haría trampa”. Mario perdió el examen y está seguro que la materia también y al ver los resultados, entró en la duda. “Ahora talvez repita el año por no hacer trampa”.Los expertos afirman que el razonamiento de Mario está mal. “No perderá la materia o el año por no hacer trampa. Lo hará porque no comprende esa asignatura y no ha solicitado o recibido el apoyo adecuado”, explica Dulcey. ¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES?1. Entienda por qué lo hacen. Pueden llevarse algo que no les pertenece porque no entienden que simplemente no pueden llevárselo. Pueden mentir sobre algo, por ejemplo, ir al baño si están dejando los pañales, pero no entienden el concepto de decir la verdad. 2. Sepa cómo manejar la situación. Es mejor decirle a su hijo lo que se enteró y preguntarle cuál es su versión. En cada caso usted también debe llegar al fondo de por qué su hijo hizo lo que hizo. 3. Los niños generalmente mienten porque saben que la verdad defraudará a sus padres, por ejemplo, cuando obtienen una mala calificación en un examen. También debe asegurarse de saber lo que está haciendo su hijo y con quién lo está haciendo. 4. Dé un buen ejemplo. Los niños aprenden de sus padres, y su hijo es muy consciente de lo que usted hace. 5. Reconozca cuándo es el momento de preocuparse.VALORES PARA INCULCAR1. Baje sus expectativas. Haga saber a su hijo o hija que lo ama y está orgulloso. 2. Consolide la honestidad. Anime a su niño a valorar la honradez, sienta orgullo por un trabajo bien hecho y fomente su aprendizaje.3. Demuestre su esfuerzo. Si su hijo observa su trabajo para mejorar su desempeño o lograr un resultado, aprenderá el valor del esfuerzo para mejorar en clases o cambiar su conducta.4. Enseñe a enfrentar la falta. 5. Enseñe que es más honorable perder siendo sincero, que ganar con engaños.breves educativasEl próximo 9 de Octubre, el colegio La Salle, llevará a cabo la Feria de la Ciencia, el Arte, la Tecnología y I Muestra Empresarial Lasallista con participación de estudiantes y padres de familia. Habrán exposiciones empresariales, muestra artistica, Música, Miss Ecología 2009, Obra de teatro y concursos.Cuentos con valoresHabía una vez un niño al que lo que más le gustaba en el mundo era ganar. Le gustaba ganar a lo que fuera: al fútbol, a los cromos, a la consola... a todo. Y como no soportaba perder, se había convertido en un experto con todo tipo de trampas. Así, era capaz de hacer trampas prácticamente en cualquier cosa que jugase sin que se notara, e incluso en los juegos de la consola y jugando solo, se sabía todo tipo de trucos para ganar con total seguridad.Así que ganaba a tantas cosas que todos le consideraban un campeón. Eso sí, casi nadie quería jugar con él por la gran diferencia que les sacaba, excepto un pobre niño un poco más pequeño que él, con el que disfrutaba a lo grande dejándole siempre en ridículo.Pero llegó un momento en que el niño se aburría, y necesitaba más, así que decidió apuntarse al campeonato nacional de juegos de consola, donde encontraría rivales de su talla. Y allí fue dispuesto a demostrar a todos sus habilidades, pero cuando quiso empezar a utilizar todos esos trucos que sabía de mil juegos, resultó que ninguno de ellos funcionaba. ¡Los jueces habían impedido cualquier tipo de trampa!Entonces sintió una vergüenza enorme: él era bueno jugando, pero sin sus trucos, fue incapaz de ganar a ninguno de los concursantes. Allí se quedó una vez eliminado, triste y pensativo, hasta que todo terminó y oyó el nombre del campeón: ¡era el niño pequeño a quien siempre ganaba!Entonces se dio cuenta de que aquel niño había sido mucho más listo: nunca le había importado perder y que le diera grandes palizas, porque lo que realmente hacía era aprender de cada una de aquellas derrotas, y a base de tanto aprender, se había convertido en un verdadero maestro.Y a partir de entonces, aquel niño dejó de querer ganar siempre, y pensó que ya no le importaría perder algunas veces para poder aprender, y así ganar sólo en los momentos verdaderamente importantes.LA VOZ DEL EXPERTOCAMILO SUÁREZ / Psicólogo juvenil“Los niños quieren ganar, alcanzar un objetivo y ser los mejores. Muchas veces tratarán de lograrlo a cualquier costo, lo que significa que a veces pueden llegar a hacer trampa o copiarse. Los niños pueden copiarse del trabajo de otro niño o no respetar las reglas, incluso cuando juegan a un juego. Los padres frecuentemente sienten el impulso de dejar que su hijo gane en un juego de mesa, pero así no le enseñan a su hijo a respetar las reglas. Algunos niños hacen trampa porque están ocupados o con pereza y quieren obtener buenas notas sin pasar su tiempo estudiando.Otros niños pueden sentirse como que no pueden aprobar el examen sin hacer trampa. Incluso cuando parece haber una “buena razón” para hacer trampa, copiarse no es una buena idea. Un niño que piensa que hacer trampa es la única forma de aprobar un examen necesita hablarlo con su maestro y sus padres para que juntos puedan encontrar algunas soluciones.Hablar acerca de estos problemas y resolverlos te hará sentir mejor antes que hacer trampa”.

Fuente:

Vanguardia.com

14/09/09



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