Las guaguas no se dedican sólo a dormir en sus primeros meses de vida. Cien billones de neuronas desarrollan una obra de ingeniería: deben unirse entre sí para dar forma definitiva a su cerebro. Las conexiones que resulten más débiles serán desechadas con el tiempo y sólo se mantendrán las más rápidas y efectivas. Para que este proceso sea exitoso, la estimulación desde sus primeros días es fundamental. "Cuando se le mira, cuando se le habla, el bebé hace las conexiones neuronales que dan la funcionalidad del cerebro", dice a La Tercera Meena Cabral de Mello, asesora del Departamento de Salud y Desarrollo Infantil y Adolescente de la OMS.1er año: la exploraciónPensar que los bebés no perciben su entorno es un grave error que muchos padres cometen durante los primeros 12 meses de vida, explica María Victoria Peralta, directora del Instituto Internacional de Educación Infantil de la U. Central.La fijación de la vista es el primer paso: objetos de colores fuertes y figuras en blanco y negro le permitirán al pequeño enfocar su visión. De los tres meses en adelante, una alfombra mullida será su mejor compañía: acostado de boca, el niño podrá controlar los movimientos de su cabeza. Objetos de distintos colores y tamaños, como los cascabeles, le permitirán desarrollar su motricidad fina, muy importante en el futuro para una buena escritura. No hay que olvidar los estímulos afectivos constantes para entregarles seguridad, asimismo, hablarles desde los primeros días favorecerá el desarrollo del lenguaje.2do año: figuras y sonidosEl eje central de esta etapa es el lenguaje. Con libros de cuentos, los padres pueden ayudar a que su hijo relacione las figuras con el sonido de sus nombres. Los expertos recomiendan hablarle preferentemente de aquello que le llame la atención, como por ejemplo, las mascotas. También se puede intentar que siga relatos muy breves.Los padres también deben motivarlo a resolver problemas sencillos, como poner un objeto fuera de su alcance y que intente tomarlo para que practique sobre ensayo y error. Los cereales pueden ser una buena opción para que el menor aprenda a manipular objetos pequeños.3er año: los otrosEl niño cuenta con mayor autonomía en todos los aspectos: puede elegir entre diversas actividades, como leer cuentos, pintar o salir a jugar. "También es importante que traten de dar explicaciones de las cosas, no darles todo pensado. Por ejemplo, preguntarles por qué el cielo es celeste. Eso propiciará que den sus propias explicaciones sobre el mundo", dice Peralta. Es importante motivar al niño para que juegue con otros menores. "Que aprendan que no son los reyes de la casa, que existen otros", explica Moore. 4to año: la palabra El interés por los signos y las palabras marca este período. Se puede motivar al niño a crear cuentos, aunque no sepa escribir. Esos primeros intentos lo encaminarán a querer saber cómo se escribe su nombre. Pronto el niño irá al colegio, por lo tanto, los padres deben promover el dominio del lenguaje. La idea es que el niño invente relatos imaginarios. "Ahí los padres tienen que mostrarse súper interesados como si fuera la primera vez que escuchan la historia", destaca Moore.
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La Tercera.com
07/09/09
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