lunes, 10 de agosto de 2009

Enseñe a sus hijos a resolver los problemas



“Mi hija tiene nueve años y he notado un cambio en su comportamiento en la escuela. Hace 6 meses entró a un nuevo colegio y aunque inicialmente la veía contenta y jugando con sus compañeritos, ahora me dice que no quiere ir, llora todas las mañanas, me dice que no quiere tener amigos y la he notado con una conducta desafiante con sus compañeritas”, comenta Maritza, una odontóloga de 33 años.
Matiza habló con las profesoras y les preguntó si algo andaba mal. “Me dicen que Mónica es tímida y que su desarrollo es la respuesta a mis preguntas. Me preocupa el que extraña sus antiguos compañeritos y aun los menciona”. No muy convencida con las explicaciones de las docentes, Maritza acudió a consulta con la psicóloga pediatra Catalina Flórez y le hizo algunas preguntas para encontrar la raíz del problema. “Le pregunté cuánto tiempo vio a la niña feliz en su nueva escuela, si ha hablado con ella o si algo malo le esta pasando en escuela”. La respuesta de Maritza, después de consultar con su hija, fue clara: “mi hija me contó de una nena que le quito los útiles y su escritorio. He observado los problemas entre ella y su compañerita en el salón de clases y su reacción es llorar. He notado que en ocasiones otras niñas la llaman para jugar y ella las ignora”. Las docentes insistieron en que es parte de desarrollo de Mónica que aprenda a manejar estas situaciones.Pero ni para Maritza ni para su hija Mónica es fácil. Aprender a reaccionar frente a los problemas o los inconvenientes es un tema complicado en el caso de los niños. Aunque pareciera que a esa edad no tiene mayores problemas, en su mundo infantil y a medida que van creciendo, sus problemas son cada vez más importantes para ellos y aprender a solucionarlos es la base para un desarrollo interpersonal y de su autoestima. La relación con sus primos, el cambio de casa o de colegio y las peleas con sus amigos son el centro de su vida y es importante que aprendan a manejar las situaciones que le son adversas. “Este nuevo ambiente de cambio de escuela es parte del aprendizaje y el desarrollo. Los niños necesitan tiempo para que se acostumbren a su nuevo ambiente y es natural que extrañen a sus amiguitos o maestros del pasado”, explica la psicóloga pediatra. En la adultez aún se aprende a manejar ciertos problemas de la vida y (como los niños) a veces no reaccionamos apropiadamente. “Le sugiero a los niños que cuando un compañero les hace algo que no les guste, tienen que decirles: ¡no! ¡Para! No me gusta que me hayas quitado el juguete. Yo lo estaba usando. Porque alguien le quitó un juguete hoy, no significa que los demás niños también le van a quitar sus juguetes”, puntualiza la especialista.LA VOZ DEL EXPERTOElisa Urbano / Psicóloga, sexóloga y Terapeuta“La formación de capacidades emocionales y sociales en los niños algunos la denominan como una revolución en la psicología infantil.Las capacidades emocionales y sociales las podemos enseñar a los niños para que sean capaces de manejar el estrés emocional de los tiempos modernos, con esta vida agitada y apresurada que ha vuelto a los niños propensos a la irritabilidad y la ira. Nosotros podemos enseñarles a reconocer y controlar esos sentimientos.En los aspectos sociales también podemos enseñarles a hacer y a conservar amistades íntimas, a superar nuevas situaciones que le angustian como el divorcio de los padres, muerte de familiares, cambios de colegio, barrio y amigos, etc., así como superar los problemas propios del crecimiento”.LA VOZ DEL EXPERTOVerónica G. Rodríguez / Psicóloga“La personalidad se desarrolla a raíz del proceso de socialización, en la que el niño asimila las actitudes, valores y costumbres de la sociedad. Y serán los padres los encargados principalmente de contribuir en esta labor, a través de su amor y cuidados, de la figura de identificación que son para los niños (son agentes activos de socialización). Es decir, la vida familiar será la primera escuela de aprendizaje emocional.Por otro lado, también van a influir en el mayor número de experiencias del niño, repercutiendo éstas en el desarrollo de su personalidad. De esta forma, al controlar la mayor parte de las experiencias de los niños, los padres contribuyen al desarrollo de la cognición social”.¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional en los niños?El recién nacido siente malestar o sosiego. Llora o ríe. Su mundo es de necesidades, afectos y acciones, el primer trato con la realidad es afectivo. Hacia el primer año, la seguridad del afecto de la madre es lo que permite al niño apartarse, explorar, dominar los miedos y los problemas, una correcta educación proporciona la seguridad y el apoyo afectivo necesarios para sus nuevos encuentros. Hacia los dos años entran en su mundo las miradas ajenas, disfrutan al ser mirados con cariño. Hacia los 7- 8 años nos convertimos en actores y jueces: reflexión y libertad. Y aparecen el orgullo y la vergüenza aunque no haya público. Hacia los 10 años pueden integrar sentimientos opuestos. Empieza a darse cuenta de que los sentimientos deben controlarse. La adolescencia es una etapa decisiva en la historia de toda persona. Los sentimientos fluyen con fuerza y variabilidad extraordinarias, es la edad de los grandes ánimos y desánimos, muchos experimentan la rebeldía de no poder controlar sus sentimientos ni comprender su complejidad. LISTA¿Qué enseñarles? 1 Conocer sus intereses. 2 Analizar sus reacciones ante las diversas situaciones. 3 Ser perseverantes. 4 Los contratiempos son desafíos. 5 El mundo no les pertenece. 6 Soluciones alternativas para lidiar contra los obstáculos.

Fuente:

Vanguardia.com

10/08/09



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