martes, 18 de agosto de 2009

Nutrición infantil: cuando los chicos no quieren comer


Prefieren las salchichas y las hamburguesas, y huyen a las hojas verdes. O buscan excusas para evitar sentarse a la mesa. Cuando los conflictos con los chicos se desatan a la hora de la comida, además de rever qué se les sirve, los especialistas estudian el contexto familiar.
"Es importante la formación de hábitos alimentarios, y para eso el modelo es la familia. El niño observa todo en la mesa -señala la doctora Liliana Trifone, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición y jefa de la sección Nutrición y Diabetes del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez -. Entonces, si no quiere comer, que no lo haga, pero que se mantenga sentado y en familia." Esto, claro, descartando problemas fisiológicos del menor.
A los 3 años, suele presentarse un rechazo a los alimentos nuevos que se denomina neofobia. La comida deja de ser su principal interés, y dice No antes de probar un bocado. "Una opción es cambiar la forma de preparación y cocción. Además, no se recomienda hacerle un plato aparte porque tiene que comer lo mismo que el resto de la familia", explica la licenciada en nutrición Marisol Díaz, socia de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas Dietistas .
Respecto a la alimentación, hay dos personalidades de chicos, los de buen comer y los siempre inapetentes. "La capacidad gástrica de los niños es el puño de su propia mano que, comparado con un adulto, es poco, pero alcanza", explica la pediatra María Eugenia Lier, del Hospital Alemán .
"Si los controles de peso, crecimiento y las habilidades que van adquiriendo, o sea su desarrollo, son acordes a su edad hay que estar tranquilos, aunque nos cueste. La alimentación es una forma más de comunicarse, por lo tanto debe estar en un ambiente placentero, cálido y divertido", agrega Lier.
El alimento no es sólo alimento
Es, además, contención y afecto. "La comida es un diálogo entre madre y niño. Ella, a través del alimento, le da afecto y contención. El chico cuando lo recibe se siente seguro y querido. Entonces los trastornos en la alimentación son complicaciones en este diálogo", concluye la licenciada Mónica Cruppi, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina .
Y esa comunicación se ve afectada cuando el centro de atención es la comida. En algunos casos, el rechazo puede expresar distintas emociones, como enojo o miedo, y también es una forma de llamar la atención. "Si un niño de 3 o 4 años necesita que la madre lo siga con la cuchara, termina transformando esa situación en un beneficio secundario, porque así logra obtener otra cosa", agrega Trifone.
Ordenar los horarios, respetar el ritmo de las comidas diarias y el apetito del niño, mantener un ambiente en la mesa tranquilo, libre de apuros, ansiedad o disgustos son algunas de las pautas de las Guías Alimentarias para la Población Infantil , del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación (MSAL).
¿Cuáles son los alimentos necesarios para el desarrollo de los niños? La pirámide nutricional tiene una versión local: la gráfica de alimentación saludable, conocida como óvalo alimentario. Un esquema realizado por el MSAL, que incluye el consumo de agua y remarca la importancia de los hidratos de carbono (pan, cereales, pasta y arroz) seguidos por frutas y verduras, lácteos y, en menor escala, proteínas (carnes, pescado y huevos), grasas y aceites y, por último, azúcares.
Para los chicos, remarca Díaz, los nutrientes fundamentales son el hierro, presente en las carnes, y el calcio, en lácteos. A lo que se suma un buen aporte de vitaminas y minerales de las frutas y verduras. La nutricionista recomienda no exagerar con el uso de jugos comerciales ni con las gaseosas, que desplazan a la leche como alimento fundamental y que, además, proveen calorías vacías que sólo incorporan azúcares y predisponen a la formación de caries y al sobrepeso.
Evitar embutidos, el exceso de sal y las grasas saturadas (productos de copetín y comida rápida), que no aportan nutrientes esenciales. ¿Prohibir las golosinas? El criterio es el sentido común. Depende de la frecuencia y el significado: "Es mejor no relacionarlas con un premio, así el niño las puede disfrutar", dice Trifone. Ricas e inevitables.
Decálogo de recomendaciones , de la licenciada Mónica Cruppi:
No forzar a un niño a comer determinado alimento porque así se puede conseguir que rehúse todos
Evitar las discusiones relacionadas con la comida
El rechazo de la comida puede ser una forma de afirmar su independencia
Evitar castigos, súplicas y sobornos
No permitir que los chicos jueguen mientras come
No leer libros o ver televisión durante las comidas


Fuente:

La Naciòn

18/08/09


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