jueves, 25 de junio de 2009

Cuando los padres discuten


E s normal que los padres no estén de acuerdo en todo y discutan constantemente sobre asuntos relacionados con el dinero, las tareas domésticas o cómo pasar el tiempo libre con sus hijos. Tal vez discrepen en torno a cosas importantes como las decisiones que necesitan tomar sobre la familia o por cosas tan insignificantes como qué hay para cenar o a qué hora llega alguien a casa.
No se puede estar todo el tiempo de acuerdo pero se debe saber hablar con tranquilidad, dándose mutuamente la oportunidad de expresar diversos puntos de vista.
Pero si sucede lo contrario y el diálogo se torna en un ambiente violento con insinuaciones de palabras inadecuadas, entonces los hijos experimentan gran preocupación incertidumbre y angustia.
En este sentido, la fantasía de los niños no tiene límites, por lo cual llegan a imaginar o suponer cosas que a menudo están alejadas de la realidad, tal como culparse por los pleitos en casa, plantearse un conflicto de lealtades hacia alguno de los padres y hasta el temor hacia la separación o el divorcio.
Los niños aprenden más de los comportamientos y actitudes que de las justificaciones que se les brinden ante tales situaciones. Al discutir severamente frente a los chicos se le está enseñando a la falta de control, la imprudencia, la intolerancia y la agresividad, además de afectar su autoestima, seguridad y confianza.
En esta edición compartimos algunas recomendaciones y sugerencias de los expertos para ayudarles a evitar situaciones que afecten el normal desarrollo emocional de sus hijos.


Fuente:

La Estrella

25/06/09



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